Mezcladas con las imágenes de koalas heridos siendo trasladados a parques silvestres y las de cientos de hogares destruidos en una ciudad envuelta en llamas se encuentran las imágenes apocalípticas
de fenómenos climáticos raros: neblina anaranjada cubriendo el cielo de la Isla Norte de Nueva Zelanda, tormentas de fuego en la atmósfera de Nueva Gales del Sur y humo llegando hasta América del Sur.
Los incendios forestales en Australia son tan masivos que provocan patrones climáticos generalizados y alteran el medio ambiente en todo el mundo, no solo emiten una gran cantidad de gases de efecto invernadero sino que además las partículas en el polvo y el humo resultantes pueden atrapar aún más el calor dentro de la atmósfera, calentando aún más el planeta.

Nubes Cumulonimbus
Uno de los tipos de nubes más llamativos son los cumulonimbus, nubes densas, potentes y gigantescas. Son creadas por el calor y el humo de los incendios forestales, formando enormes estructuras similares a chimeneas que tienen las mismas características violentas de una tormenta eléctrica.
En 2019, los científicos climáticos descubrieron que estas nubes pueden perturbar la atmósfera a niveles similares a las erupciones volcánicas, con el humo persistiendo incluso meses después de desaparecida la nube.